Playoffs mundialistas: cuatro caminos, un billete al Mundial

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Playoffs Mundial

La última parada antes del Mundial 2026 ya está aquí. La FIFA ha definido los cuatro caminos de los playoffs y el cuadro no puede ser más explosivo: selecciones históricas, duelos muy igualados y completamente a vida o muerte. Solo cuatro equipos acompañarán al resto en la gran cita.

 

A: Italia quiere evitar otro desastre

Italia vuelve a jugarse la vida en una repesca y no tiene margen de error. El debut será ante Irlanda del Norte, un rival correoso y muy físico. Por el otro lado, Gales se mide a Bosnia, un choque duro entre dos selecciones que viven de la intensidad.

Si Italia supera su semifinal, tendrá un final muy incómodo ante un equipo que le va a competir cada balón.

 

B: Ucrania, Suecia, Polonia y Albania — el cuadro más imprevisible

Ucrania–Suecia y Polonia–Albania son dos semifinales que podrían estar perfectamente en una Eurocopa. Los cuatro llegan con argumentos para soñar:

  • Suecia mezcla talento y físico.

  • Ucrania llega con un bloque joven pero competitivo.

  • Polonia depende del acierto de sus estrellas.

  • Albania, la gran revelación, no quiere despertar.

Aquí no hay favorito claro; puede pasar absolutamente cualquiera.

 

C: Turquía y Rumanía por un lado; Eslovaquia y Kosovo por el otro

Turquía llega con una generación muy interesante, pero Rumanía ha mostrado carácter en los últimos años. En la otra semifinal, Eslovaquia parte con ligera ventaja, aunque Kosovo tiene jugadores que pueden romper el partido en cualquier acción.

Un camino abierto, con mucho talento emergente.

 

D: Dinamarca quiere imponer su jerarquía

Dinamarca es, sobre el papel, la selección más fuerte de todo este cuadro. Enfrente tendrá a Macedonia del Norte, que ya sabe lo que es tumbar gigantes en repescas.
Por el otro lado, Chequia y República de Irlanda jugarán un duelo clásico europeo donde cualquier error se paga carísimo.

Si Dinamarca llega a la final, partirá como favorita clara.

 

Conclusión 

Los playoffs son impredecibles por naturaleza, y esta edición lo demuestra más que nunca: equipos históricos al borde del abismo, selecciones emergentes con hambre y partidos que pueden cambiar por un detalle.